Alejandro Laquidain es uno de los más de 200 participantes del proyecto European Prevention of Alzheimer's Dementia (EPAD) en el centro de investigación de la Fundación Pasqual Maragall, el BarcelonaBeta Brain Research Center (BBRC).
Alejandro, ¿qué te mueve a ser voluntario de la investigación en prevención de la enfermedad de Alzheimer?
La propuesta de voluntariado presentada en su día por la Fundación Pascual Maragall, unida al largo padecimiento de mi madre debido a la enfermedad, nos hizo saltar como un resorte a mis hermanos y a mí para ofrecernos como voluntarios. A partir de ese momento, todo ha fluido con facilidad debido a la potencia, la humanidad y la honestidad del proyecto, a la implicación y la profesionalidad de todo el equipo que dirige el Dr. Molinuevo, y al compromiso personal y colectivo que creo debemos a las personas que sufren Alzheimer.
Te sumaste a EPAD en febrero del 2017 y ya has realizado diversas visitas del estudio. ¿Cómo ha sido tu experiencia?
Increíble, positiva, enriquecedora. Es, además, un orgullo poder colaborar en este proyecto con un grupo humano que ofrece un trato exquisito, que raya en el mimo y del que aprecio el constante interés por mejorar y evolucionar en todos los sentidos, aunque siempre con un mismo fin: intentar conocer mejor la enfermedad para así poder combatirla. La satisfacción personal de formar parte del estudio es enorme.
¿Y con la punción lumbar?
Personalmente, no me ha causado ningún problema, ni durante ni después de la misma. Es fácil apreciar que el equipo médico especialista sabe perfectamente lo que se lleva entre manos y lo demuestra en todo momento. Son, por otro lado, unas horas de total tranquilidad y silencio que aprovecho para hacer introspección y reafirmación en el proyecto.
Ahora eres miembro del EPAD Panel en Barcelona y periódicamente os reunís para debatir diferentes aspectos relacionados con el proyecto o que os preocupan. ¿Cuáles son los puntos que tenéis actualmente sobre la mesa?
¡Es un grupo variopinto y genial! En líneas generales, nuestra principal intención es aportar algo distinto al proyecto e imaginar lo que puede preocupar a un grupo tan diverso y heterogéneo como es el de los Voluntarios. Respecto a este último punto, actualmente estamos proponiendo la utilización de algún tipo de herramienta de comunicación entre los Voluntarios y la Fundación donde se puedan volcar estas inquietudes.
Otro de los temas en el que estamos trabajando es en la confección de un documento sobre un Testamento Vital. Creemos que es importante dejar plasmado en un documento cuáles son las posturas personales que se deben respetar en caso de sufrir Alzheimer.
Por último, ¿qué mensaje lanzarías a los investigadores y partners del proyecto?
A los primeros, felicitarlos por la intensidad volcada en todo lo que están haciendo. Suponemos que perciben el apoyo, el cariño y el agradecimiento de todos los Voluntarios, pero nunca nos cansaremos de transmitirlo.
De los patrocinadores y partners, intuyo la implicación que sienten por el proyecto, pero los animo a que continúen estando allí y que traten de atraer a otras empresas y entidades con la idea de conseguir, entre todos, poder entender y finalmente luchar contra la enfermedad del Alzheimer.