Investigadores del Barcelonaβeta Brain Research Center (BBRC), han identificado que las personas que tienen patología de amiloide y deterioro cognitivo subjetivo presentan un aumento de los neurofilamentos ligeros (NFL) en el líquido cefalorraquídeo y un menor volumen en el hipocampo. La investigación ha sido posible gracias a los participantes del Estudio Alfa +, impulsado por la Fundación 'la Caixa', y publicada en la revista Neurobiology of Aging.
Los neurofilamentos ligeros son unos filamentos que intervienen en el mantenimiento de la estructura de las neuronas y los axones. En el ámbito de la investigación de las enfermedades neurodegenerativas, son un prometedor biomarcador de daño neuronal, ya que cuando las neuronas mueren, los neurofilamentos se liberan y aumenta su cantidad en el líquido cefalorraquídeo. El objetivo de este estudio era medir los niveles de este biomarcador en el líquido cefalorraquídeo para analizar si hay asociaciones con la presencia de otros marcadores de riesgo de desarrollar la enfermedad de Alzheimer, como son las quejas subjetivas de memoria, la estructura cerebral y la acumulación de placas de la proteína Beta-Amiloide.
"Los resultados de nuestro estudio apoyan el uso de los neurofilamentos ligeros como indicadores de neurodegeneración más precisos que otros métodos que se conocen a día de hoy", explica el Dr. Gonzalo Sánchez, primer autor del estudio e investigador del grupo de Investigación Clínica, Biomarcadores y Factores de Riesgo del BBRC. El estudio, añade, "también abre la puerta a identificar sujetos en especial riesgo de entrar en la fase sintomática de la enfermedad de Alzheimer".
En la investigación participaron 278 personas de entre 45 y 75 años sin alteraciones cognitivas, que realizaron varias pruebas clínicas, de cognición, neuroimagen y una punción lumbar para extraer el líquido cefalorraquídeo, entre otros.
Una vez analizadas todas las pruebas y teniendo en cuenta otras variables como la edad, el sexo, el estado de ánimo y el riesgo cardiovascular, los investigadores concluyeron que los niveles de neurofilamentos están aumentados en líquido cefalorraquídeo de las personas que presentan quejas subjetivas de memoria y, especialmente, en las personas con quejas y patología de amiloide en el cerebro. Además, sólo en este subgrupo de personas, un nivel más elevado de neurofilamentos se asocia a un menor volumen del hipocampo, que es una de las primeras áreas del cerebro que afectan a la enfermedad de Alzheimer.